“El espectáculo de lo bello, en cualquier forma en que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones.”, dijo una vez el poeta español, Gustavo Adolfo Bécquer. La belleza, no sólo es totalmente perceptiva y subjetiva, sino que está en un proceso de evolución continua que hoy está adquiriendo una nueva dimensión gracias a la manera en que hoy se vive.
La forma del cuerpo, la estética del rostro, el estilo de vestir, de maquillarse y nuestro ser interior marca las pautas de lo que muchos pueden considerar bello. En siglos pasados, los estándares de belleza estuvieron marcados por cuerpos voluminosos En El Renacimiento, pintores como Sandro Botticelli representaban lo estéticamente hermoso a través de la fineza de pies y manos y la tez clara en cuerpos redondeados.
En la época victoriana se dio un cambio radical y es la delgadez de la cintura y una elegancia pronunciada. En el caso de los hombres, el cuerpo torneado, el vello facial abundante son constantes en los cánones estéticos desde hace muchos años. Sin embargo, los más contemporáneos han roto esos moldes para establecer sus propias formas de ser, de vestir y de considerar algo como bello o no estético.
Uno de los accesorios más populares para lograr una imagen poderosa y que respire libertad es el maquillaje . Actualmente, el maquillaje para hombres es una tendencia en crecimiento, que no sólo impulsa los modelos estéticos, sino que colabora con la deconstrucción del género, haciendo que de manera más frecuente, se flexibilice la entrada de los hombres en actividades que antes eran exclusivas de la mujer.
Las generaciones pasadas dejaron que la industria y sus madres les dijeran cómo verse. Para las nuevas generaciones, los filtros son lo que lo dictan, por lo que aquellos que rompen con los moldes convencionales y les permiten experimentar y deformar su imagen, son los que más resuenan en su mundo.
Principales retos para las marcas
- Habilitar espacios y plataformas que motiven a niños y hombres a expresar una amplia gama de emociones y comprendan la diferencia positiva que pueden marcar cuando lo hacen, y así crear masculinidades más saludables.
- Erradicar el pensamiento dicotómico a través de la amplificación de la imagen y el lenguaje, en donde se promueva la reconciliación del ser y la identidad.
- Facilitar la exploración de los hombres en nuevas categorías, al multiplicar espacios no intimidantes para que se atrevan a hacerlo con mayor confianza y seguridad.